Los primeros colectivos porteños recorrían la avenida Rivadavia desde Primera Junta hasta la intersección con la avenida Lacarra. Posteriormente el itinerario se prolongó hasta Once y Plaza de Mayo. Con el correr de los años los vehículos fueron cambiando hasta transformarse en los colectivos que conocemos en la actualidad y convertirse en el medio de transporte más utilizado en la Ciudad de Buenos Aires.