La situación de los árboles en la ciudad está regulada por la Ley 3263/2009, cuyo objeto es proteger e incrementar el arbolado público urbano. Según esta ley y los decretos que la reglamentan, el cuidado del arbolado público está en manos de las Comunas, con excepción de 27 espacios verdes (como Parque Avellaneda, Parque 3 de Febrero, las Reservas Ecológicas, etc) que por sus características especiales dependen del Poder Ejecutivo.
En algunas ocasiones el arbolado urbano ocasiona perjuicios sobre los bienes de los ciudadanos, las más de las veces debido a erradas intervenciones del ser humano y a equivocadas políticas públicas por parte del Estado. Es necesario analizar este problema desde la perspectiva de la articulación de derechos, y no desde el punto de vista de una falsa oposición entre propiedad privada versus protección del medio ambiente.
Los árboles urbanos son un bien público. Las intervenciones sobre ellos (como podas, extracciones o reposiciones) sólo pueden ser realizadas por el Estado, que debe seguir los procedimientos definidos en la Ley 3263/09 y en el Plan Maestro del Arbolado Público de la Ciudad.
Beneficios de los árboles
• Los árboles y los arbustos interceptan y captan arena, polvo, hollín, cenizas, polen o humo. De ese modo los árboles reducen la contaminación por pequeñas partículas que producen o empeoran diversas enfermedades.
• A través de la evapo-transpiración los árboles incrementan la humedad relativa ambiente, la cual ayuda a lavar el aire de otras partículas contaminantes.
• Además, los árboles toman calor del aire. Gracias a eso se disminuye en varios grados la temperatura ambiente. Para una superficie dada, si la cobertura arbórea es del 30%, la temperatura se reduce alrededor de 4 grados.
• Los árboles modifican los microclimas: al evapotranspirar y disminuir la velocidad del viento, sombrean superficies, disminuyen las islas de calor y moderan la temperatura.
• La cobertura arbórea absorbe una parte de la radiación solar y baja la temperatura del aire. Bajo un árbol se está más fresco.
• Los árboles disminuyen el ruido: interceptan las ondas sonoras y reducen el ruido de 8 a 10 db por metro de espesor del follaje. Son una verdadera pantalla acústica natural: los árboles de alineación pueden reducir 5 veces el ruido medido a la altura de hombre.
• Además, hacen posible el aire que respiramos y lo limpian. Disminuyen el ruido. Regulan la humedad y la temperatura ambiente. Tienen derechos y tenemos derecho a ellos.
