Es preciso transmitir y consolidar la noción de que en una relación de pareja ninguna situación de conflicto o desacuerdo puede justificar el uso de la fuerza, de un golpe, de una amenaza o de una expresión intimidatoria o humillante.
Las parejas deben relacionarse con libertad y afecto. No es amor aquel que utiliza mecanismos de control. Tampoco lo es sospechar, desconfiar o pretender ejercer un control sobre los llamados telefónicos o sobre la agenda de la novia.
Subsecretaría de Derechos Humanos y Seguridad
Dirección General de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad