Bandera Argentina

Conectate Seguro es Conectate+Cuidado

El Programa Conectate Seguro de la Defensoría ofrece algunas reflexiones para compartir con la comunidad de las escuelas y contribuir a dar continuidad y fortalecer los lazos pedagógicos como de relación entre ellas y las familias.

Desde hace algunos años venimos pensando y realizando acciones que nos permiten entrar en la cotidianeidad de cada escuela, de cada institución u organismo a los cuales hemos sido convocados.

La realidad que hoy vivimos nos hace reconfigurar nuestras maneras de seguir haciendo y de estar presentes en lo que cada uno/a realiza.

En tiempos de situaciones no previstas, de momentos críticos, podemos pensar que la vinculación con la tecnología también se ve afectada. Con ello queremos decir modificada, trastocada, cambiada. Hoy, como nunca antes, esta relación es inédita, ya que debido a la propagación de este virus que nos obliga a mantener distancias corporales, se hace necesaria la conexión a través de dispositivos tecnológicos, asumiendo el espacio virtual un lugar de encuentro y sostén de las relaciones entre las personas.

Es por ello, que desde el Programa Conectate Seguro decidimos hacerles llegar algunas reflexiones para compartir con la comunidad de cada escuela, contribuyendo a dar continuidad y fortalecer el lazo tanto pedagógico como de relación entre las familias y la escuela.

En estos tiempos, más que nunca, proponemos dar un salto. De Conectate Seguro pasamos a Conectate+Cuidado, y ubicamos 9 temas de conversación entre adultos/as y chicos y chicas:

Lo que le pasa a uno le pasa a todos

Resulta fundamental que se pueda conversar sobre la actualidad. “Coronavirus” puede ser una oportunidad para entender cuestiones vinculadas a la importancia de la interrelación, del sentido de la acción de una persona y los efectos en la vida de otra. Las personas nos relacionamos y vivimos como una trama. La idea del ser humano individual ha traído consecuencias nefastas para el desarrollo de la vida. En todos los aspectos, la acción propia no puede desligarse de la responsabilidad hacia el otro, hacia el semejante. Tanto en lo que hacemos, decimos, actuamos en contacto físico como online es potencial de efectos, imposibles de dimensionar.

Distintas presencias

Hoy estamos convocados a “estar juntos/as” de diferentes maneras: en los hogares, con una continuidad de muchas horas a las cuales muchas veces no estamos acostumbrados, o siendo participes de una variedad de situaciones de encuentros online para aprender, trabajar, conversar, informarnos, debatir, entre otras. Lo cierto es que esta idea nos hace pensar en una multiplicidad de formas de estar y por lo tanto de conectarnos. La conexión traducida en cómo nos miramos, en los humores, los sentimientos y lo que vamos pensando hace a la calidad de los encuentros. Estar juntos no siempre tiene el mismo significado. Se puede estar junto a otro sin estar ahí, o lejos y en total consonancia con lo que sucede.

De estas cuestiones será importante conversar con los chicos y las chicas para construir modos de conexión más humanos, y menos hostiles.

La escuela siempre está

La circunstancia hace que tengamos que ir imaginando una escuela que no se limita al espacio físico. La escuela se hace presente en cada casa y a su vez cada familia da consistencia y tiene la oportunidad de valorizar esa presencia. Las clases, las tareas escolares, las comunicaciones institucionales entre otras cuestiones se hacen posibles por canales virtuales. En este punto, los/las adultos/as de cada familia y los/las docentes se convierten en garantes de la continuidad escolar. Es una nueva alianza de colaboración y de entendimiento que exige una actitud de mucha atención hacia los procesos de aprendizaje.

Aprender una actividad que no se hace en soledad. En todo caso, las formas de procesamiento serán singularizadas. Aprender es un proceso complejo, delicado, de construcción con otro. Los recursos y las herramientas tecnológicas nunca pueden sustituir “eso” que sucede para que alguien pueda aprender y que se trata, nada más ni nada menos, que de lo vincular. Es muy importante concientizarnos que hay una función adulta indelegable ni sustituible. Entender que hoy tenemos la posibilidad de configurar nuevos entornos de aprendizaje y  por lo tanto nuevos vínculos y otras responsabilidades de acompañamiento.

La seguridad como punto de partida

La seguridad tiene que ver con el uso responsable, con el cuidado propio y hacia los demás. Si bien los niños tienen una especial destreza en el uso de las pantallas, resulta fundamental supervisar y cerciorarse cómo se encuentran activadas las configuraciones y las opciones de privacidad de los perfiles en redes sociales y otros servicios de Internet. Además de la utilización de contraseñas seguras y privadas, y prestar atención a la activación de la geolocalización, es fundamental cuidar la información que publicamos para evitar situaciones desagradables.

Si utilizamos el servicio de conexión gratuita debemos asegurarnos de que el mismo sea proporcionado por prestadores conocidos y/o seguros. Alertemos a los chicos que no se recomienda poner información confidencial en la conexión mediante el Wifi público. Son las puertas de acceso a toda nuestra información personal.

Cuidar nuestra intimidad

Los contenidos que publicamos en Internet aportan más información sobre nosotros de la que imaginamos. Por eso es tan importante pensar bien sobre las repercusiones que puede tener un comentario o una fotografía cuando la subimos a la red, ya que todo lo que subimos no resulta fácil de eliminar. Aunque no se vea la información, la misma está guardada en algún lugar de la nube. Valorar la intimidad es una manera de cuidarnos, de preguntarnos “qué queremos hacer”, “cómo nos sentimos” y dejar de funcionar movidos/as por una ola de funcionamientos automáticos.

Reflexionar antes de compartir es manejarse de manera segura.

Infoxicados

Desarrollar pensamiento crítico es un trabajo cotidiano. Hablamos de “infoxicados” cuando la información nos rebalsa. Hay tanto volumen disponible que nos paraliza, siendo dificultoso discernir entre lo que es verdadero o falso, lo que necesitamos saber, lo que nos hace bien, lo que estamos buscando, etc. El exceso tanto como la falta son puntos extremos que no son conducentes. Nuevamente el lugar de los adultos/as para mediar y ayudar a decodificar a los niños y niñas lo que sucede.

Aunque no lo veamos los otros están

 Preguntar a tus amigos, antes de etiquetarlos o si quieren que ese contenido o foto sea subido, es una pauta de relación que siempre es necesaria para   favorecer relaciones respetuosas. No todos nuestros familiares o amigos          desean aparecer en las redes sociales, ser reconocidos o hacer público dónde y con quién se encuentran en las vacaciones. Por ello se sugiere no subir información de terceros sin su consentimiento, más aún si se trata de chicos y chicas menores de edad.

Aprendiendo juntos

Tomarse el tiempo para compartir juntos, buscar información, jugar, etc. son acciones para guiar a los hijos y las hijas en sus primeros pasos por la red en lo referente a ser usuarios responsables de las tecnologías conectadas. ¡Y también para aprender de las habilidades y saberes que ellos nos aportarán!

Una sola vida

Es importante concientizar a los chicos y las chicas que nuestro comportamiento en el mundo online es el mismo al que tenemos fuera de la red. Por lo cual debemos ser coherentes y tener en cuenta las mismas pautas de convivencia. El otro está presente, que no se lo vea o no se lo toque no significa que está ausente. Es una presencia distinta.

Cuidar implica pensar al otro/a. El virus nos trae muchas cosas para aprender. Entre ellas, sobre nuestras maneras de estar y de conectarnos de una manera más humana.

Aprovechemos estos momentos para hacer que la tecnología nos acerque y nos ayude a encontrarnos.

Conectate Seguro es Conectacte+Cuidado