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Complicaciones de la Unidad Febril de Urgencia en los barrios más vulnerables

En diálogo con Andrés Lerner por FM La Patriada, el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor señaló que "muchas veces no se comunica el horario de funcionamiento y la persona pasa horas esperando que le practiquen el hisopado, o se lo realizan y no le dan el resultado hasta muchas horas después. Necesitamos un protocolo claro de intervención" subrayó el funcionario.

Alejandro Amor, Defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se refirió a la situación en los barrios populares e indicó que «muchas veces no se comunica el horario de funcionamiento y la persona pasa horas esperando que le practiquen el hisopado, o se lo realizan y no le dan el resultado hasta muchas horas después». Y opinó: «Lo que hay a mi juicio es una falta de coordinación y una falta de información precisa a la sociedad sobre lo que se está haciendo y cómo». En este sentido, aseguró que «vemos situaciones muy complicadas. Se necesita un protocolo de intervención. Acá lo que hay es una clarísima falta de coordinación y necesita coordinarse», en diálogo con Andrés Lerner en el programa «Salvemos Kamchatka» que se emite por FM La Patriada.

Al respecto, comunicó que «hace dos días presentamos un plan completo con recomendaciones para la situación de la pandemia en los barrios populares». Y agregó que «nuestra preocupación se mantiene también en los geriátricos y los hogares de niños. Y el altísimo nivel de contagio de los trabajadores de la salud pública sigue siendo preocupante». En esta línea, declaró que «hay que cuidar a los que nos cuidan, las personas que trabajan en los centros de salud y los hospitales. No podemos tener este número tan alto de contagios».

Sobre el personal de salud, explicó también que «se produce una situación de cansancio por tantas horas de trabajo y efectivamente eso baja las defensas». Y fue contundente en que «hay una mala distribución de insumos, hay que prestar atención a eso». Además, aseveró que «el transporte público es un vector de alto riesgo para todas las personas. En la reunión de ayer hay una fundamental preocupación».

Amor informó que han «presentado todos los elementos de un protocolo al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires varias veces, pero en esta oportunidad completo. La decisión final la tiene dar el área de Salud». Y opinó que «se ha perdido un tiempo valioso y me gustaría que esto se resuelva entre hoy y mañana. No podemos seguir sin un protocolo de acción en los barrios».

Sobre la falta de agua en las villas, expresó que «venimos trabajando con el problema del agua desde hace muchísimo tiempo, no solamente en la 31». Y agregó: «Yo no sé de quién es la responsabilidad. Las actuaciones comenzaron en el año 2016 para hacer estas conexiones y las autoridades eran las mismas». Y fue determinante: «La persona que tiene el problema lo único que necesita es la solución».

Amor remarcó que «no busco a nadie responsable, solo digo que hay un problema porque los números suben y deben agarrar el problema y resolverlo y no dejarlo a un costado para que se profundice». Y aseguró que «en los barrios hay necesidades porque hay hacinamiento». En este sentido, indicó que «se pueden tomar medidas que pueden ayudar a que muchas cosas no sucedan. Hay que tener lugares de aislamiento próximos a donde viven».

Sobre esta situación, declaró que «hay varios inmuebles estatales que pueden ser utilizados para hospedar personas con diagnóstico positivo de COVID-19». Además, aseveró que «la ciudad tiene 5.400 viviendas para entregar que tienen que ver con el proyecto de urbanización. En la 31 se están entregando viviendas de a poco, pero deberían haberse entregado antes». Y se explicó en que «cuando vos tenes una obra con muchos edificios, no tenes que esperar a terminar todos para comenzar a entregar».

Por último, al referirse a la atención que reciben los infectados por COVID-19 de los barrios populares, indicó que «en la Ciudad de Buenos Aires conviven tres sistemas de salud: público, privado y de obras sociales. Eso es lo que hace al trato diferencial, no hay discriminación». Y concluyó: «Cuando llegó la pandemia el sector privado no estaba preparado y hubo que recurrir al Estado».