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Ataque brutal a cuatro adolescentes a la salida de un boliche en Florencio Varela

La reiteración de estas salvajes agresiones a mujeres por su condición femenina constituye una de las más graves problemáticas de nuestra vida democrática. Por eso, señalamos una vez más la necesidad de ampliar los recursos y políticas destinados al cumplimiento de la ley nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

A medida que pasan las horas y empiezan a detectarse los eventuales motivos de la salvaje agresión, se inscribe el delito como un femicidio múltiple que sorprende por su impunidad y masividad.

Desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires sumamos nuestro profundo repudio frente a  esta nueva agresión contra las mujeres, que enluta a toda la sociedad.  Asimismo, enviamos nuestra solidaridad a las víctimas así como a sus familiares, amigos y amigas.

La persistencia de estos brutales crímenes de mujeres por su condición femenina y de género constituye una de las más graves problemáticas de nuestra vida democrática. Como organismo especializado en derechos humanos y teniendo entre nuestros objetivos la prevención de todas las formas de violencias, señalamos la necesidad de ampliar los recursos y políticas destinados al cumplimiento de la ley nacional 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Es responsabilidad de todas las jurisdicciones del Estado asumir esta lucha otorgándoles prioridad en las agendas públicas e institucionales.

Tal como lo ha expresado la Defensoría en varias de sus recomendaciones, resulta imperioso desarrollar y ampliar los dispositivos de prevención y asistencia a las víctimas y generar iniciativas de alto impacto para transformar la cultura machista y violenta que anida todavía en nuestra sociedad.

En ese sentido, llamamos a los medios de comunicación a abordar el caso con profesionalidad y en el marco del respeto por los derechos humanos. Las imágenes de la escena del crimen que han publicado algunos medios están en total contravención con este marco y el de la ética periodística, máxime cuando estamos ante víctimas menores de edad.

Asimismo, exhortamos a cuidar el lenguaje y no utilizar términos o expresiones que justifiquen a los violentos y culpabilicen a las víctimas, como cuando se emplea la expresión “crimen pasional” para referirse a un femicidio o se cuestionan los hábitos o comportamientos de las mujeres asesinadas o heridas.