Muchos de los problemas que se abordaron dan cuenta de que las supuestas mejoras que el Gobierno porteño quiere llevar a este barrio no fueron consultadas previamente y no contemplan la realidad que les toca vivir a los vecinos.
En la asamblea los vecinos rechazan una «zona calma» propuesta por el gobierno para descongestionar el tráfico de la zona. El proyecto comprende la creación de ciclovías, la construcción de chicanas en las esquinas y la peatonalización de calles y pasajes. Los vecinos afirman que estas medidas revierten medidas que el gobierno ha aplicado en el pasado y han sido favorables para la vida del barrio y que además podrían brindar incentivos para la actos de delincuencia.
La Defensoría del Pueblo se encuentra a disposición de los vecinos para que los cambios se produzcan de forma adecuada y participativa.