Bandera Argentina
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Arquitectura y familia

La titular del Programa de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría, Maria Elena Naddeo, participó como panelista en el Congreso Virtual de Arquitectura y Familias organizado por el Taller Libre de Arquitectos de Familia FADU (UBA) el pasado 18 de julio.

Con sentido social e inspirado en los lineamientos de Rodolfo Livingston y sus equipos de trabajo, se abordó la necesidad de difundir  un método humanizado de diseño y construcción arquitectónica, a partir de la detección de las necesidades de las familias y los barrios.

Participaron otros especialistas en infancia y planeamiento como Ana Gallego Palacios de La Coruña, España, y Octavio Bama de Tava Arquitectura, además de varios jóvenes y adolescentes que hicieron valiosos comentarios.

Naddeo se refirió al proyecto que impulsó oportunamente, ‘Buenos Aires Ciudad Amiga de los Niños’, basado en las propuestas de Francesco Tonucci, en las ciudades de Italia y luego difundidas por UNICEF en múltiples países. En Argentina, las ciudades de Rosario y Buenos Aires las fomentaron hace más de veinte años.

El programa Ciudad Amiga de los Niños, que fue creado en 2002 con la coordinación del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes y con la colaboración de los Ministerios de Educación, Cultura, Desarrollo Social, Planeamiento Urbano y Jefatura de Gabinete, continúa en la actualidad desarrollándose en distintas comunas de la Ciudad.

Precisamente iniciado con la instauración de Consejos de Niños en La Boca y Barracas, tuvo entre sus objetivos principales generar espacios de participación en los cuales los niños pudieran expresar sus ideas sobre las necesidades del barrio o la ciudad.

Maria Elena Naddeo sostuvo, además, que  con el correr del tiempo las iniciativas formuladas por los chicos alcanzaron poca visibilidad y escaso grado de realización. Sin embargo, algunas como los “bancos charleros“ en las plazas o los “pisos para jugar” o para “imaginar”, con las rayuelas dibujadas en patios y parques que hoy existen, surgieron de aquellos talleres. También las ideas de senderos seguros se produjeron en el proyecto “Las calles que no se callan” de los consejeros de Ciudad Amiga. Destacó también que el  Consejo del Plan Urbano Ambiental de la Ciudad se reúne y recibe las propuestas de los chicos.

Por último, desde el panel se planteó la necesidad de revitalizar la participación de los niños y hacer escuchar su voz en los distintos ámbitos políticos e institucionales con mayor impacto.