Siguiendo la línea de las publicaciones anteriores sobre la temática Medicina Prepaga, desde el Programa de Estudios Tributarios e Impositivos para la Administración Pública, en conjunto con la Conducción Ejecutiva de Derechos Ciudadanos de Consumidores y Usuarios, a cargo del Dr. Norberto Darcy; en esta ocasión les acercamos nuestro análisis de la variación del valor de las cuotas de la medicina prepaga en nuestro país, desde el año 2015 hasta el presente mes de junio de 2018. Asimismo hemos de comparar estos incrementos con los índices inflacionarios, y una medida de referencia salarial.
En nuestro último informe sobre el tema, publicado a principios de este año, presentamos la Resolución Ministerial 2479-E/2017, primera resolución del Ministerio de Salud que afectaba las cuotas de las medicinas prepagas para el 2018, autorizando hasta un 4% de incremento acumulativo sobre los valores previos, desde el 1 de febrero.
Desde el primero de junio comenzó a regir el segundo incremento del año, bajo la Resolución Ministerial 798/2018, que autoriza a “todas las Entidades de Medicina Prepaga inscriptas en el Registro Nacional de Entidades de Medicina Prepaga (R.N.E.M.P.) a incrementar el valor autorizado por la Resolución Nº 2479 E/2017 MS, en hasta un SIETE CON CINCUENTA POR CIENTO (7,5%)”. Con este segundo incremento, el acumulado del año asciende a 11.80%.
Desde el Programa de Estudios Tributarios e Impositivos para la Administración Pública de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, hemos estado siguiendo estos incrementos en los últimos años. En el siguiente cuadro, se presentan los porcentajes de incremento aplicados desde el año 2015 hasta este último del 2018, recién expuesto. Se recuerda que estos porcentajes han sido acumulativos en el tiempo, por lo que los valores porcentuales finales resultan ser mayores a la mera suma aritmética de los valores iniciales.
Cuadro 1: Incrementos acumulados entidades de Medicina Prepaga 2015-2018, al 1 de junio. Elaboración propia en base a datos Boletín Oficial
En el Cuadro 1 podemos ver no sólo los porcentajes de incremento que han regido desde la fecha indicada, sino como éstos han sido acumulativos en el tiempo, llegando a junio del 2018 con un 170,79% de incremento desde febrero de 2015. En el siguiente gráfico, podemos apreciar estas variaciones en el tiempo analizado.
En tiempos de alta y sostenida inflación como la que se observa en la economía argentina de los últimos años, es necesario poner en perspectiva los incrementos aislados de precios, como es el caso del valor de las medicinas prepagas, con la medición de la inflación dada por las variaciones del Índice de Precios al Consumidor. Recordemos que el Índice de Precios al Consumidor es un indicador que mide la evolución promedio de los precios de un conjunto de bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares residentes en un área determinada. Por lo tanto, es de utilidad tomar como referencia las variaciones de precios acaecidas sobre este conjunto de bienes relevado por el IPC, y realizar entonces la comparación con otro tipo de bienes o servicios específicos, como lo es la medicina privada.
En el segundo gráfico vemos comparados los incrementos anuales de las medicinas prepagas con la variación del IPC del mismo período. Desde el año 2015 al 2017, el incremento de las prepagas estuvo por encima de la inflación dada por el Índice de Precios al Consumidor. Durante el 2015, la diferencia fue de 1.57 puntos, mientras que para los años 2016 y 2017 fue de 2.56 y 6.51 puntos, respectivamente. Para el 2018, se establece uno de los varios valores estimados para la inflación dado el cambio reciente de escenario económico en nuestro país. El anuncio oficial para la inflación de este año pasó de ser del 12% a fines del 2017 expresado a través del Mensaje del Proyecto de Presupuesto, para luego ser corregido al 15%. Si bien han existido manifestaciones particulares de ciertos funcionarios de gobierno admitiendo que la inflación de este año ha de ser superior a lo preestablecido, no hay unanimidad ni una determinación oficial para el valor de esta variable. Las expectativas privadas sobre la variable inflación han ido cambiando sensiblemente durante las últimas semanas, luego del episodio de corrida cambiaria, suba de tarifas, depreciación del peso, y el efecto que esto trae sobre los precios de los bienes y servicios en general. De manera que encontramos proyecciones privadas variadas, que oscilan desde el 25% hasta el 30% para fines de 2018, cuando aún resta culminar el primer semestre del año y comenzar el segundo. Ha de destacarse que, en esta oportunidad, los voceros de las entidades de medicina prepaga han argumentado la necesidad de adecuar las cuotas a sus costos crecientes, donde la suba de las tarifas de los servicios públicos, por ejemplo, ha incidido ampliamente sobre dicha estructura de costos.
En nuestro primer informe del año, las proyecciones privadas de la inflación privada llegaban al 20%. Según lo expuesto anteriormente, vemos que en pocos meses, aún antes de cerrar la primera mitad del año, estas proyecciones han tomado un nuevo impulso llegando hasta un 30%. Este escenario de expectativas inflacionarias crecientes, conjuntamente con la evaluación de lo acontecido en los años anteriores en términos de la comparación variación medicina prepaga versus inflación, nos permite anticipar que el valor de las cuotas de este servicio privado de salud podría llegar a aumentar entre un 15 o un 20% adicional, en lo que resta del año.
Según nuestros propios relevamientos de paritarias de los gremios centrales de nuestro país en los últimos años, podemos apreciar que las subas salariales establecidas por paritarias han sido menores que la suba del valor de la cuota de la medicina prepaga; con lo cual el acceso a la salud de aquellas familias que están asociadas a este sistema, ha de representar en el tiempo un gasto relativo al salario cada vez mayor. Este 2018, de cerrar con un índice inflacionario en torno al 25 a 30%, y con pautas de adecuación salarial ancladas en torno del 15% (20% han acordado en los últimos días los privados), ha de ser uno de fuerte pérdida de poder adquisitivo del salario real. Las medicinas prepagas y sus constantes adecuaciones, no escapan a esta realidad de la economía argentina. Y tampoco sus asociados, que han de resignar cada vez más otro tipo de gastos, en pos de poder sostener el gasto aplicado a la salud del grupo familiar.