El magistrado entendió que, ante el trascurso del tiempo y la demora en la internación, existe riesgo de que se produzca un deterioro en su salud o se ponga en riesgo su vida.
El amparo se fundamenta en el grave estado de salud de la amparista, quien padece un cuadro de obesidad mórbida severa asociada a diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, síndrome depresivo e imposibilidad de movilizarse. Asimismo, se basa en su situación de extrema vulnerabilidad social, ya que reside en una pequeña vivienda en una villa con tres hijos -de quienes depende para desplazarse- y carece de medios económicos para acceder a un tratamiento acorde al cuadro que padece.
La decisión sobre la medida cautelar, pronunciada por el juez en el fuero Contencioso, Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Guillermo Scheibler, constituye un importante avance en la protección del derecho a la salud y en la definición de las obligaciones estatales a su respecto.