El evento fue realizado con el objetivo de conocer y difundir las estrategias formuladas por el Ejecutivo nacional y las autoridades locales para reducir el daño, el desarrollo y la expansión de esas enfermedades. Participaron también legisladores y diversos especialistas en salud y epidemiología tanto de la Ciudad de Buenos Aires como del ámbito nacional.
“Viendo lo que está pasando en nuestro país, sobre todo en la región del Norte, y en países hermanos como Brasil, la conclusión es que debemos trabajar fuertemente en una campaña urgente de prevención y concientización de la sociedad”, aseguró el ombudsman porteño, y agregó: “Cuando se demora el accionar del Estado y no se realizan las acciones correctas para informar a las personas sobre los métodos más eficientes de prevención, las consecuencias caen sobre las personas y, en particular, sobre los sectores más vulnerables. Y eso es inaceptable”.
La organización de la jornada estuvo en manos de la Dirección de Salud dependiente de la Subsecretaría de Derechos Sociales de la Defensoría del Pueblo porteña a cargo de Livia Ritondo, quien fue la encargada de la apertura. “Nuestra preocupación está ubicada en los sectores más vulnerables de la Ciudad como las villas y los asentamientos”, dijo Ritondo y destacó que “más allá de la concientización, el trabajo con los vecinos es la principal tarea del Estado”.
Por su parte, Diana Galimberti, directora de Salud de la institución, reclamó que quienes se encuentran trabajando en materia de prevención de estas enfermedades informen cuáles son las tareas que se encuentran realizando “para poder responderle a los vecinos cuando sus derechos se encuentran vulnerados”.
Raúl Forlenza, director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, expuso sobre la situación epidemiológica en Argentina y manifestó que “el dengue es un problema mundial cada vez más grande. Por eso debemos tener en cuenta los factores determinantes que propagan la enfermedad: el cambio climático y la circulación de personas, entre otros”. Además, remarcó la necesidad de capacitar a los profesionales de la salud ya que los síntomas y signos de las enfermedades son muy similares entre sí. “Argentina reporta casos de dengue desde 1998, pero los brotes más importantes ocurrieron en 2009 y 2016”, expresó. Finalmente, Forlenza detalló los cinco principales criaderos de mosquitos que hay que erradicar: los lugares de almacenamiento de agua para consumo, los recipientes móviles de utilidad, los recipientes fijos, los objetos desechables y los espacios naturales.
En representación del Gobierno porteño disertó Julián Antman, gerente de Epidemiología de la Subsecretaría de Planificación Sanitaria porteña, quien expuso el Plan de Prevención de la Ciudad de Buenos Aires y enfatizó que “ese trabajo se hizo tomando en cuentas las recomendaciones y los trabajos realizados por la Defensoría del Pueblo”. “Tenemos que priorizar la prevención y el monitoreo estratégico y planificar en el mediano y largo plazo”, manifestó el funcionario, quien concluyó que la estrategia del Gobierno porteño ante esta problemática contempla una política de comunicación enfocada en la capacitación de la sociedad “para derribar los mitos existentes”.
A continuación, Pablo Mazzoli, subdirector de Salud de la Defensoría del Pueblo, hizo una exposición sobre las actividades de la institución en materia de promoción de derechos. “Las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti se pueden evitar si se trabaja desde la prevención. La Defensoría del Pueblo realiza visitas a todos los barrios y villas de la Ciudad para entregar material de difusión y conforma diversas Mesas de Trabajo para seguir trabajando con profesionales y vecinos”, expresó.
El reconocido doctor Pedro Cahn, que disertó en representación de la Fundación Huésped, alertó “sobre una epidemia que se extiende por todo América latina, excepto Chile y Uruguay”, y manifestó la importancia de conocer y abordar la situación en las zonas más afectadas, a las que llamó “las áreas endémicas”. “La responsabilidad del Estado es tomar una actitud proactiva e ir a las zonas más vulnerables con soluciones concretas y no sólo con recomendaciones. En ese marco, el rol de la Defensoría es clave”, aseguró Cahn.
Luego fue el turno de la Directora del Hospital General de Enfermedades Infecciosas Francisco Muñiz, Mabel Nogueras, quien destacó la importancia de “abordar la problemática a tiempo y de forma coordinada, para lo cual se necesita planificación, decisión política y acciones concretas”.
Los últimos disertantes fueron la ingeniera Constanza Tamayo, miembro de la Dirección de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Defensoría del Pueblo, quien denunció la situación que se vive en la Cuenca Matanza-Riachuelo y su relación con la proliferación de enfermedades como el dengue, y el director del Grupo de Estudio de Mosquitos, Nicolás Schweigmann, quien denunció los “negociados” que se esconden detrás de algunas campañas de concientización que él consideró “insuficientes”. “Hay una decisión de ocultar la fábrica de mosquitos porque les permite mantener el negocio de las fumigaciones y los insecticidas.