El informe, realizado en el marco del Programa Conectate Seguro, analiza los datos obtenidos en la encuesta elaborada por la Subsecretaría de la Juventud, la Dirección de Protección de Datos Personales y la Unidad de Estadísticas del organismo.
Según el estudio efectuado, los adolescentes entrevistados reconocen limitadamente que existen diversos riesgos que pueden afectar su privacidad en Internet. Entre ellos, el robo de datos es el más identificado (41%). También se reconocen el espionaje (21%) y, en igual porcentaje, el cyberbullying –acoso escolar potenciado a través de medios electrónicos– como situaciones riesgosas para la privacidad. Muy pocos de los entrevistados (6,3%) identifican las prácticas de sexting –envío de fotos provocadoras por servicios de mensajería– y el grooming –contacto por Internet que puede derivar en un posible acoso sexual– como posibles riesgos. En esta misma línea, el 10% de los entrevistados manifiesta no conocer ningún riesgo.
Estos resultados evidencian un grado de conocimiento limitado sobre posibles vulneraciones a la privacidad en Internet. Se detecta, además, que los riesgos identificados por los jóvenes se perciben en su mayoría como factores externos al uso que cada uno le da a la tecnología, y no se perciben como derivados de sus propias prácticas.
Este aspecto queda claro cuando se observa lo que los jóvenes reconocen como dato personal. Si bien el 70% de los encuestados identifica como dato personal el nombre, apellido, dirección y el DNI, sólo el 7% de ellos catalogó a la imagen dentro de esta categoría (2,4% mujeres y 4,8% hombres). Por su parte, sólo el 3,6% identificó la voz como dato personal.
Dado que los datos personales son toda información que hace identificable a una persona, no concebir dentro de este concepto a la imagen o la voz puede traer problemas a la hora de proteger la privacidad en la red.
Con respecto a las medidas recientes que los entrevistados tomaron para proteger su privacidad online, predomina la utilización de contraseñas identificadas como seguras (64%). Otra de las acciones más utilizadas es la actualización del antivirus para prevenir amenazas informáticas (30%) y la configuración de la privacidad en redes sociales (28%) de los entrevistados (de los cuales el 18% corresponde a mujeres y el 10%, a hombres). Un porcentaje menor (5,4%) señaló haber modificado las preferencias del navegador.
Un dato relevante que arroja la encuesta es que los organismos donde denunciar posibles vulneraciones al derecho a la protección de datos personales son desconocidos por el 77% del total de los entrevistados. Esto revela la necesidad de profundizar la comunicación sobre la temática.
La encuesta se llevó a cabo en distintas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Se tomó como universo de estudio a jóvenes de ambos sexos, comprendidos en las franjas etarias de 13 a 18 y de 19 a 25 años; residentes en diferentes barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Del conjunto de jóvenes que transitan por la Ciudad, se seleccionaron 333 (con un método no probabilístico).
El estudio también abordó otros aspectos de suma importancia en la materia. Así, es posible destacar que el 83% de los adolescentes encuestados le asignan importancia al consentimiento o autorización cuando se recaban datos personales.
El interés por su reputación online también arroja datos llamativos. Mientras el 50,2% de los entrevistados manifiesta no interesarse por su identidad digital, el 43% de los jóvenes sí muestra interés por ella. Estas cifras evidencian la importancia de seguir trabajando en este concepto cada vez más trascendente en el desarrollo de los nativos digitales.
Entre otros aspectos, en un contexto en el que Internet de las Cosas –la conexión a la red de objetos de uso cotidiano– está en constante avance y se presenta como un nuevo desafío para la privacidad, también se tomaron en consideración las formas en que actualmente los jóvenes se conectan a Internet y las herramientas y aplicaciones que utilizan al hacerlo.
Los resultados del informe exploratorio serán utilizados para impulsar el desarrollo de contenidos específicos y de interés de los jóvenes en el marco de la campaña Conectate Seguro.