Según se pudo constatar durante las recorridas encabezadas por personal de la Coordinación, esta situación afecta fundamentalmente a grupos familiares en situación de vulnerabilidad económica y social que se alojan en pensiones e inquilinatos con muy malas condiciones mínimas de habitabilidad. Allí se pudieron observar situaciones de hacinamiento y graves irregularidades edilicias y sanitarias, que suponen un riesgo para la vida y seguridad de los alojados. Asimismo, se verificaron lugares con mala ventilación, habitaciones que no cumplen con las dimensiones requeridas y exceden la cantidad de personas por m² recomendada, e instalaciones sanitarias y espacios para cocinar en malas condiciones y de uso compartido con otros grupos familiares.
Por todo esto, se solicitó al Ministerio de Salud de la Ciudad, por intermedio de la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria, que informe cuáles son las medidas tomadas en relación a este sector de la población, en el contexto de la emergencia sanitaria.
Si bien debido al gran volumen de requerimientos cursados aún se espera la respuesta a muchos de ellos, a la fecha ya se recibieron informes sobre diferentes hoteles. En la mayoría de los casos, se indica que trabajadores sociales concurrieron al CESAC correspondiente a la zona para relevar condiciones y capacitar a los residentes en la aplicación de métodos de prevención y los pasos a seguir ante la aparición de síntomas coincidentes con los del COVID-19. En otros, se informó que no es tarea de los efectores de salud responder a dicha requisitoria, aunque las condiciones edilicias estén en estrecha relación con las posibilidades de cumplir efectivamente con el ASPO y llevar adelante acciones preventivas fundamentales tal como el lavado de manos y la ventilación de ambientes.