Este 3 de junio el grito de #Niunamenos vuelve a hacerse oír en las calles, las plazas, las ciudades de Argentina y el mundo. Se viraliza en las redes sociales y circula en los medios de comunicación. A cuatro años del 3 de junio de 2015, la violencia machista no cesa. Por eso desde el Observatorio de Igualdad de Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad adherimos a la nueva movilización convocada por el colectivo Ni Una Menos que llama a hacer visible todas las formas de violencia que aquejan a las niñas, mujeres y trans y se siguen cobrando sus vidas.
Chiara Páez fue asesinada a golpes en 2015. Su cadáver fue localizado en el patio de la casa de su novio, Manuel Mansilla de 16 años, en Rufino, Santa Fe. Chiara tenía 14 años y estaba embarazada de tres meses. Su femicidio fue el disparador del surgimiento del movimiento NiUnaMenos.
En lo que va del año se produjo un femicidio cada 32 horas, según denuncia la organización La Casa del Encuentro: 114 mujeres y niñas fueron asesinadas por ser mujeres. Esos femicidios se llevaron también la vida de 17 hombres y niños que estaban en la línea de fuego del victimario, y dejaron sin madre a 107 hijas e hijos, la mayoría menores de edad.
Los datos fueron relevados entre 1 de enero y el 31 de Mayo de 2018 y se presentan en el “Informe de Investigación de Femicidios” del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por La Asociación Civil La Casa del Encuentro y realizado con el apoyo del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Dirección General de la Mujer -Fortalecimiento de la Sociedad Civil, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Fundación Avon.
El total de hijas e hijos que quedaron huérfanos porque su madre fue asesinada en lo que va del año asciende a 107, de los cuales 76 son menores de edad. La Ciudad de Buenos Aires fue la primera en aprobar, en agosto del año pasado, la ley n° 5.861 de “Reparación económica para niñas, niños, adolescentes y jóvenes víctimas colaterales de femicidios”, que otorga un monto económico equivalente a una jubilación para niños, niñas, adolescentes y jóvenes hasta 21 años, cuya madre haya sido víctima de un femicidio por parte de su padre. Hasta el momento, 11 víctimas tramitaron y están cobrando la asignación, proyecto impulsado por La Casa del Encuentro y presentada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. En estos momentos presentamos un proyecto para modificar la ley con el objetivo de que, sin importar quien haya sido el femicida, los chicos y chicas que quedan huérfanos puedan cobrar esta asignación mensual.
Por otro lado, hay otros cuatro proyectos de ley de la institución para ser tratados en la Legislatura porteña: “Obligación Económica del Estado Respecto a Víctimas de Violencia de Género”; “Observatorio de Medios para la Igualdad”; “Obligaciones del Estado en Orden a la Promoción de Empleo, Vivienda para Víctimas de Violencia”; y “Asesorías en Salud Sexual”.
La fuerza que ha tomado el Movimiento Ni Una Menos y otras proclamas internacionales como el #MeToo, colocaron las demandas históricas del feminismo en la agenda pública y se aggiornan constantemente con el debate permanente que atraviesa los espacios sociales.
Especialmente hacemos mención a lo que está sucediendo en las escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires. Desde el año pasado vienen reclamando expresamente la necesidad de un Protocolo de actuación en casos de violencia contra niñas, adolescentes y mujeres en las escuelas medias y terciarias. Se han visibilizado muchas situaciones de acoso y violencia sexual en el ámbito escolar.
Alumnas y alumnos reclaman educación sexual integral, lo que incluye no solo contenidos vinculados a la sexualidad sino a superación de estereotipos, igualdad de género, prevención de las violencias entre otros. Los y las adolescentes piden formación para ellos y también para docentes, que en algunos casos, se ven superados por los avances del movimiento feminista y su impacto en la vida cotidiana de las instituciones.
Trabajamos en talleres de sensibilización y formación de docentes desde hace años, y seguimos atendiendo a mujeres victimas de distintas violencias brindando contención y asesoramiento. La coyuntura actual y el reclamo de esos chicos y chicas vienen a confirmar que el cambio cultural no solo es necesario sino imprescindible.
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