Desde el organismo destacamos su firme compromiso con las personas marginadas y su crítica constante a lo que él mismo definió como “la economía del descarte”, modelo que supo confrontar enarbolando las banderas de la justicia social, el cuidado del ambiente y la solidaridad.
Francisco deja un legado profundamente humanista que trasciende su liderazgo religioso y se convierte en una guía ineludible para quienes asumen la tarea de promover y proteger los derechos.