El alto impacto producido por el escándalo a nivel mundial, por la utilización indebida de los datos personales de 50 millones de usuarios de la red social de Facebook por parte de la empresa Cambridge Analytica (CA), ex consultora de campaña de Donald Trump que denunciaran los periódicos The New York Times y The Guardian ubican en su justa dimensión una de las cosas que más nos preocupa como Centro de Protección de Datos Personales de la Defensoría del Pueblo de la CABA: el fenómeno Big Data, que está referido al manejo de una gran masa de datos que permite realizar inteligencia sobre dichos datos.
Lo sucedido con esta empresa no hace sino poner en el primer plano el riesgo que corren la privacidad e intimidad de las personas a escala global. Una acción que se basa en alcanzar el control de la subjetividad de las personas. Aquellos que por un momento creyeron que las denuncias de Julian Assange o Edward Snowden obedecían a una estructura de pensamiento conspirativo reciben con esta evidencia un muy fuerte mentís.
Sería auspicioso que las Naciones Unidas, que ya sancionara en 2013 la Resolución 68/167 de la ONU, denominado Privacidad en la Era Digital originada en las denuncias que en su momento hicieran los gobiernos de Alemania y Brasil se aboque a la aprobación de una Convención o Pacto Internacional de Protección de la Privacidad e Intimidad de las Personas en todas las Tecnologías de Información y Comunicación. Esta Convención o Pacto deberá contener, en su articulado, el derecho a ejercer la Soberanía Digital por parte de las Naciones que lo suscriban.
Porque, como venimos practicando día a día en el Centro de Protección de Datos Personales de la Defensoría del Pueblo de la CABA , tanto cuando vamos a las escuelas de nuestra Ciudad para capacitar a nuestros pibes y nuestras pibas así como en toda actividad en la que participamos, cuando protegemos datos protegemos personas y cuando protegemos personas protegemos ciudadanía.
Por Eduardo Peduto, director del Centro de Protección de Datos Personales