Un informe publicado en el diario Página 12 advierte sobre el nuevo fenómeno de la “crianza en línea”, bautizado como sharenting. Se trata de las consecuencias no deseadas de publicar en las redes imágenes de niños y niñas por parte de sus padres y madres.
Especialistas sostienen que como se acostumbra a mostrar a los niños/as como objetos en internet, a partir de los 7 años manifiestan su disgusto por los posteos de los padres. Las consecuencias van más allá del desacuerdo de los niños/as sino que las imágenes de los niños puedan ser distribuidas en sitios de pornografía infantil o pedofilia, usadas para secuestros o amenazas y hasta permitan el robo de identidad. Eduardo Peduto, titular del Centro de Protección de Datos Personales, en el mismo sentido reclama «la que la adultez debe tener una actitud prudente, ponderada y de equilibrio frente a los riesgos a que expone a sus hijos e hijas. En este caso está referido al serio riesgo que implica publicar imágenes de niños y niñas por parte de sus padres y madres en las distintas formas que ofrece el ámbito digital por la apropiación que de ellas puedan hacer personas cuyas intenciones abrevan en la perversión».
La propuesta para evitar estos peligros es terminante entre algunos/as especialistas, proponen no compartir fotos de los chicos hasta que no tengan edad para opinar y decidir sobre su imagen. Peduto subraya además que «sin embargo, este no es el único riesgo o la única exposición indebida. En todo momento debemos pensar que, si en forma constante, repetimos que los chicos y las chicas son el futuro es nuestra obligación que ese futuro se base en un presente seguro. En todos los aspectos de la vida. Pero, referidos a esta cuestión, esa seguridad es maximizar los recaudos para que en un futuro no se vean expuestos a situaciones humillantes, burlonas, denigrantes o descalificantes».