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Día Mundial de la Hipertensión: el mensaje de la Defensoría

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Este día mundial es un recordatorio para llamar la atención sobre la importancia de la prevención, el control y el tratamiento. La Defensoría del Pueblo te cuenta de qué se trata.

¿Qué es la hipertensión?

El corazón es el órgano encargado de bombear la sangre oxigenada, a través de las arterias, hacia todo el organismo. Al avanzar, la sangre ejerce una presión contra las paredes de las arterias, que se mide como presión arterial.

La hipertensión arterial (HTA) se define por la detección de promedios de la presión arterial sistólica (“máxima”, es la fuerza ejercida por la sangre sobre las arterias cuando el corazón se contrae) y/o diastólica (“mínima”, refleja la presión existente en las arterias cuando el corazón está en reposo, entre los latidos cardíacos) por encima de los límites establecidos como normales para los registros obtenidos en el consultorio. Dicho límite es de 140 mmHg para la sistólica y de 90 mmHg para la diastólica.

Según el estudio poblacional RENATA 2 (Registro Nacional De Hipertensión Arterial), realizado entre la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología, entre agosto de 2015 y marzo de 2016, la prevalencia (casos existentes) de hipertensión fue de 36,3%, mientras que el porcentaje de pacientes que desconocía que padece esta patología es de 38,8% (4 de cada 10). Además, demostró que si bien el 55,5% de los/as hipertensos/as recibían tratamiento farmacológico, sólo el 24,2% estaba controlado.

¿Cuáles son sus síntomas?

La hipertensión es una enfermedad que usualmente no presenta síntomas, es por ello que casi el 40% de los/as hipertensos/as no sabe que lo es. De allí la importancia de que cada adulto/a mida su presión, conozca sus valores y se controle asiduamente.

Esta enfermedad puede generar dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigo, dolor torácico, palpitaciones y hemorragias nasales.

¿Cuál es el tratamiento?

Si bien es una enfermedad controlable, constituye el principal factor de riesgo para enfermedad y muerte cardiovascular, disminuyendo así la calidad y expectativa de vida. Los cambios en el estilo de vida y la toma de medicamentos, prescritos por un profesional médico, permiten controlar la enfermedad.

La detección temprana y un tratamiento oportuno minimizan el riesgo de las complicaciones como el infarto de miocardio, hipertrofia ventricular, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, ceguera, rotura de los vasos sanguíneos y deterioro cognitivo.

¿Cómo se previene?

La medición periódica de la presión arterial es la práctica preventiva más eficaz. De esta forma, se puede diagnosticar y brindar tratamiento a aquellos/as pacientes que hasta esos controles no sabían que tenían niveles altos de presión.

Algunos consejos para prevenir la hipertensión o para colaborar con su control  

-Adoptar una dieta balanceada y saludable: reducir el consumo de sal, aumentar la ingesta de frutas y verduras, evitar el consumo de alimentos con alto contenido de sodio (procesados, fiambres, embutidos).

-Mantener un peso corporal saludable, reducirlo en caso de padecer obesidad o sobrepeso.

-Adoptar un estilo de vida físicamente activo: realizar actividad física regular acorde a la edad de cada paciente. La recomendación es 30 minutos diarios de actividad física moderada como mínimo.

-Evitar el consumo nocivo de alcohol.

-Abandonar el tabaquismo.

Si necesitás solicitar un turno de consulta con un profesional de la salud, buscá aquí el centro de salud u hospital más cercano a tu domicilio.