Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) tienen mayor sensibilidad auditiva y perciben todos los sonidos que los rodean de una manera más fuerte. Por eso, el uso de pirotecnia puede provocarles angustia, ansiedad, tensión y generar en ellas conductas estereotipadas y repetitivas. En ocasiones, el impacto que les provoca los lleva, incluso, a tomar una actitud agresiva como forma de manifestar la molestia que sufren y hasta a autolesionarse.
A causa de las explosiones de los fuegos artificiales, las personas con Alzheimer pueden padecer desorientación, nerviosismo, insomnio y malestar a nivel auditivo. También pueden perder el sentido del espacio y el tiempo, al punto de entrar en desesperación.
A causa de las explosiones de los fuegos artificiales, las personas con Alzheimer pueden padecer desorientación, nerviosismo, insomnio y malestar a nivel auditivo. También pueden perder el sentido del espacio y el tiempo, al punto de entrar en desesperación.
Los perros y gatos tienen una capacidad auditiva mayor que la de los seres humanos y pueden reconocer grandes densidades de ondas por segundo. Debido a eso, sufren ante los estruendos de los fuegos artificiales que afectan sus sentidos, por lo que pueden quedar perturbados y atemorizados y perder, incluso, la audición y hasta ponerse agresivos, lo que también puede ocasionar graves daños a los seres humanos que los rodean.
La Defensoría del Pueblo apoya la iniciativa legislativa impulsada por los alumnos y las alumnas de la Escuela Primaria Común N° 3 Grecia, autores del proyecto de ley 1332-E-2019 que propone la prohibición de la comercialización y uso de pirotecnia con efectos audibles superiores a 70 decibeles en el ámbito de la Ciudad.