A cargo de las palabras de bienvenida, Juan Balestretti (titular del Consejo de Colectividades de la institución) aseguró que “el Pacto Mundial constituye la primera vez que el mundo se pone a discutir las reglas de juego de la convivencia”.
A continuación, la coordinadora del Programa para el Fortalecimiento de los Derechos de los Migrantes, Refugiados y Apátridas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nacional, Adriana Alfonso, se refirió a los procesos de integración regional del Mercosur así como a los conceptos y principios rectores del pacto: migración segura, ordenada y regular. “La regularidad es la llave. Es la única manera de que el migrante puede insertarse. La lucha debe ser contra la irregularidad y no contra el migrante”, concluyó.
Eduardo Valdés (diputado del Parlasur) afirmó que “nadie deja su tierra si puede vivir en ella”. En este sentido, indicó que “a los migrantes habría que darles el mismo estatus jurídicos que a los refugiados. El Pacto Mundial tiene que sincerar la situación: migrantes y refugiados son los mismo”.
Por su parte, Teresa González Fernández (diputada del Parlasur) sostuvo que “estamos frente a uno de los desafíos más grandes del siglo XXI. El reto de los Estados es participar de los cambios, y nosotros como ciudadanos debemos sumar”. Además recalcó la necesidad de abonar el respeto por la diversidad.
A continuación, el presidente de la Federación Argentina de Colectividades, Juan Sarrafian, reivindicó el rol histórico de la Argentina: “Es de los pocos lugares en el mundo que ha recibido a migrantes de la manera que lo ha hecho. Es necesario apoyar este tipo de acuerdos para que los migrantes sean bienvenidos no solo de palabra sino también con hechos”.
Mabel Gómez Oliver (embajadora de México) aseguró que “el pacto es el resultado de décadas de trabajo. Es un documento que cubre prácticamente todos los aspectos del fenómeno migratorio”. Además celebró que las Naciones Unidas sea el marco para discutir este tema: “El objetivo es generar la cooperación internacional para atender los flujos migratorios”.
En la misma línea, Hanspeter Mock (embajador de Suiza) llamó a poner al ser humano y a la dignidad humana en el centro de la problemática. Además se refirió a la dificultad de las negociaciones en la búsqueda de consensos, advirtió que “ningún país puede resolver el problema de forma unilateral” y destacó a los países que intentan “tender puentes entre posturas”.
Por último, Gabriela Luguori (coordinadora de la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes – CAREF) abordó los aportes desde la sociedad civil al Pacto así como los procesos de migraciones y las políticas públicas en el contexto latinoamericano. Asimismo apuntó a la necesidad de contemplar las particularidades regionales y de establecer el principio de no regresión en la versión final del documento.
A cargo del cierre de la jornada, Jorge Arguello (presidente de la Fundación Embajada Abierta) aseguró que “el mundo no sabe qué hacer con el drama de la migración”. En este sentido, valoró el esfuerzo por darle visibilidad a este “drama que duele y lastima”: “Ese era el objetivo de esta jornada”.
Por su parte, el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor afirmó que “hay un eje fundamental en la historia: la lucha por la libertad. La migración es una lucha por la libertad, para vivir en un lugar mejor, por poder conseguir trabajo, educación o salud. En definitiva, es una lucha por una mejor condición de vida”.
“La migración tiene que ver con la libertad, y la historia ha demostrado que la libertad siempre triunfa”, prosiguió Amor. Por último, se refirió al fenómeno de la globalización y destacó que “el universalismo debe remitir a la integración de los pueblos con pleno ejercicio de derechos. El destino tiene que ser la convivencia, a pesar de las barreras que se quieran poner”.