Pimentel reconoció su responsabilidad en un juicio abreviado impulsado por la fiscal Claudia Barcia en la fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nº16, para evitar el juicio oral y público que tenía fecha de inicio para este lunes. Tras el acuerdo alcanzado, el ex director del San Martín deberá enfrentar las costas del proceso, no podrá tomar contacto de ningún tipo con con las víctimas y deberá asistir durante un año al Grupo Psicoeducativo para Varones que ejercen violencia del Hospital General de Agudos Dr. Álvarez.
Oportunamente, integrantes del Programa de Niñez, Adolescencia y Género se reunieron con una de las denunciantes, la joven Anahí De la Fuente y ofrecieron el acompañamiento para llevar adelante el proceso. Ante la resolución del caso, de la Fuente acercó una carta de agradecimiento que a continuación reproducimos:
“Hace un año, mi compañera y yo nos encontrábamos en nuestro lugar de trabajo, lidiando con los malos tratos y el acoso sexual de nuestro ex jefe, un funcionario público perteneciente al Gobierno de la Ciudad, Director General del Centro Cultural San Martín.
A partir del momento en que decidimos enfrentar el miedo que nos ocasionaba nuestro “poderoso” agresor y relatar públicamente lo sucedido, comenzamos a librar una batalla legal y mediática, un duro proceso judicial y una serie de cuestionamientos con los que parte de la sociedad quiso amedrentarnos y revictimizarnos.
En el mes de diciembre logramos la reincorporación a nuestros puestos de trabajo ya que el Ministro de Cultura consideró que nuestro despido fue ilegal y arbitrario.
Hoy, a pocos días de la fecha establecida para el juicio oral y público, podemos celebrar una condena ejemplar ya que Diego Pimentel tuvo que reconocer los hechos que denunciamos: maltrato físico y acoso sexual.
El imputado fue condenado a 5 días de arresto en suspenso, a abstenerse de tomar cualquier tipo de contacto directo o indirecto por cualquier medio con las denunciantes, a asistir por el término de un año a un curso para varones violentos y a realizar veinte horas de tareas comunitarias en la Federación Argentina LGBT.
Este triunfo no hubiese sido posible sin el equipo que formamos junto a nuestras abogadas de la Red de Abogadas Feministas, Jimena Gibertoni y Yamila Carballido; el compromiso de les testigues (compañeros que arriesgaron sus propios puestos de trabajo) y el gratificante trabajo de todo el equipo de la Fiscalía PCyF Nº 16, a cargo de la Dra. Claudia Barcia.
Agradezco también el apoyo de los colectivos transfeministas, Actrices Argentinas, Red de Abogadas Feministas (RAF), Autoras, MUCABA, Músicxs Unidxs en CABA, Musiques Unides Transfeministas del Oeste (MUTO), Fieras, Bailarinas por el Aborto Legal, Mujeres Audiovisuales (MUA), ABOFEM, Estudiantes de artes multimediales de la UNA, la Defensoría del Pueblo y todos los medios de comunicación que difundieron nuestro caso con respeto y responsabilidad.
Espero que esta condena sirva para ejemplificar lo que la justicia puede hacer a la hora de tratar con casos de violencia de género, para reeducar una sociedad patriarcal que ante situaciones de este tipo prefiere primero dudar y juzgar antes que contener y actuar, y por supuesto, para fortalecer a quienes son víctimas de violencia y aún no se animan a hablar.
Que este caso pueda demostrar que el poder no les otorga la soberanía de nuestros cuerpos ni los hace impunes. A la justicia no hay que esperarla, hay que ir a buscarla”.