Existe preocupación por los primeros casos detectados de COVID-19 positivo, en especial en el refugio que alberga la mayor cantidad de camas, el Mariquita Sánchez. Estos albergues cumplen una función esencial porque son los lugares a donde son trasladadas las mujeres víctimas de violencia de género con sus hijos e hijas, cuando están en situación de riesgo y grave peligro de ser agredidas.
Según informó la Dirección General de la Mujer, cuentan con Protocolo para garantizar el cuidado de la salud a las trabajadoras en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19 y que dispuso la continuidad del funcionamiento de las Unidades Convivenciales, tanto propias como conveniadas, “por ser un servicio esencial bajo las modalidades que se estipulan desde la Gerencia Operativa de Atención Integral a Víctimas de Violencia para la atención de las mujeres en situación de violencia por motivos de género, en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. También aclararon que llevan a cabo políticas de recomendaciones y cuidado para las trabajadoras cuando ingresan como cuando egresan del espacio laboral, como así también qué hacer ante una situación de confirmado por el virus.
Explicaron además que en el contexto de la Emergencia Sanitaria y cumpliendo con el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del COVID-19, las Unidades se encuentran con espacios reducidos debido a que, cuando una mujer ingresa, se la aísla hasta tanto no contar con los resultados para evitar contagios a las que ya están alojadas.
De acuerdo a lo informado por la Dirección General de la Mujer, las vacantes disponibles y el número de plazas ocupadas en los distintos refugios, son los siguientes: Refugio Mariquita Sánchez 42 disponibles, 31 ocupadas; Refugio Tita Merello 16 disponibles, 6 ocupadas; Hogar Eva Duarte 24 disponibles, 4 ocupadas; Casa Juana Manso 44 disponibles, 26 ocupadas y Casa Margarita Barrientos 25 disponibles, 20 ocupadas.
En todos los casos la Defensoría del Pueblo brega y solicita se amplíen los recursos de protección personal para las trabajadoras, así como los testeos tanto a las personas albergadas como al personal comprometido en la tarea. Esta medida permite detectar a tiempo y aislar los contactos estrechos, de esa manera prevenir el creciente contagio.
