El titular del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, dialogó con La Defensoría con vos, el programa de la Defensoría que se emite los sábados de 13 a 15 por Radio La Red, sobre la última medición de pobreza e indigencia que elaboró la mencionada universidad. “El informe reveló un gran incremento en los últimos dos años de la pobreza (que llegó al 40.8%) y de la indigencia (que llegó al 8.9%) en la Argentina, ante el fracaso de una política económica y social que llevó a 16 millones de personas a no poder cubrir una canasta básica alimentaria y de servicios promedio de $33.000- para una familia tipo. Y dentro de ese grupo, casi 1 de cada 10 que no puede cubrir la canasta básica alimentaria que es de $13.000- para una familia tipo”, detalló Salvia.
Para Salvia, es tan preocupante el incremento de la pobreza y de la indigencia como la perspectiva de que la situación no mejorará pronto. “La situación marca un estado de gravedad importante, porque es la cifra más alta de la década y comparable a la salida de la crisis 2001-2002. Aunque después de las crisis del 89-90 como de lo que vino luego de 2002 hubo repuntes económicos. Pero en este momento estamos en una situación en la que la crisis aún está floreciendo y que más allá de las políticas que podría implementar el Gobierno, las condiciones macroeconómicas con muy complicadas como para producir un rebote en el corto o mediano plazo. Tenemos un amesetamiento en valores cercanos, que es posible que se baje si se recupera el mercado interno, pero más allá de eso la tendencia al aumento es preocupante”.
Por último, el investigador aseguró que la sociedad argentina pareciera haberse dividido en dos: entre los que tienen para comer y los que no. “Esos 10 puntos más de pobreza provienen de clases medias bajas que han caído a la pobreza y de una profundización de los sectores obreros, empleados o trabajadores marginales que han profundizado su situación de marginalidad”, explicó Salvia y agregó: “El combo de inflación más estancamiento hace que tengamos dos sociedades en Argentina: una que parece transitar satisfactoriamente esta crisis, sin mayores problemas, y otra que enfrenta problemas complicados para poder comer, para poder vestirse y para poder acceder a la salud”.
