Los derechos humanos son inherentes a todas las personas y son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. Los mismos, se encuentran consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos donde, por primera vez, se establecieron los derechos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero: entre ellos, el derecho a la vida, a la dignidad, a la libertad, a la seguridad y a la igualdad, y dispone que nadie podrá ser sometido a la esclavitud ni a servidumbre, pues la esclavitud y la trata de esclavos se encuentra prohibida en todas sus formas.
Ahora bien, de acuerdo con los derechos consagrados en la declaración, se considera a la trata de personas como uno de los delitos que más daño causa a la integridad y dignidad humana y donde todos estos derechos mencionados anteriormente se ven vulnerados. Es por esto, que desde la Defensoría consideramos fundamental generar recursos, en conjunto con el Estado, para asistir a las personas que se encuentran en esa situación.