La Defensoría del Pueblo se presentó en la Unidad 28 debido a la recomendación realizada por la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) el pasado 14 de febrero y al Hábeas Corpus Colectivo presentado en favor de las personas detenidas alojadas en la Unidad 28 por el serio agravamiento de las condiciones que configura la permanencia por más de 24 horas en dicha Alcaldía, la inaceptable situación de superpoblación y hacinamiento en la mencionada como lugar de tránsito, así como las demoras en el traslado de detenidos y las malas condiciones edilicias.
El objetivo de la visita que realizó el titular de esta Unidad, Ezequiel Paulucci, junto con los referentes de la PPN Esteban Fainberg, y Juan Iráizoz y Hugo Motta, fue constatar la situación actual del establecimiento, controlar las condiciones de alojamiento, verificar el respeto de la ley y prevenir la posible comisión de torturas. En la recorrida se pudo constatar en horas de la mañana la presencia de 137 personas alojadas, algunas de las cuales ingresaron a la alcaidía a fines del mes de julio, permaneciendo dentro la Unidad por más de 20 días.
Asimismo, se comprobó que las celdas individuales -de aproximadamente 2 metros cuadrados- no cuentan con agua y ni baño, solo exhiben bancos de concreto donde duermen los detenidos. No poseen luz natural ni ventilación adecuada. Sólo en algunos casos tenían algún trozo de colchón de goma espuma.
En el caso de las celdas colectivas, en el mismo espacio duermen, comen, se asean y realizan sus necesidades fisiológicas. Se constataron baños en pésimas condiciones de mantenimiento, con mucha suciedad y humedad.
Del monitoreo efectuado se puede dar cuenta de que continúa la situación de hacinamiento, alojando la Unidad 28 a personas en condiciones inhumanas, en razón de la estructura inadecuada, superpoblación y deplorables condiciones de salubridad, sanitarias y de higiene.
Por los dichos de los detenidos, prácticamente no se les provee de papel higiénico para realizar sus necesidades fisiológicas, así como tampoco jabón o maquinitas de afeitar (les otorgan sólo tres para todos, con los peligros que compartir dichos materiales conlleva).
Pudo cotejarse también que los allí alojados carecen de colchones y mantas, debiendo transitar las noches durmiendo sobre el piso o bancos de concretos, sin acceso a instalaciones sanitarias dignas, sin acceso a luz natural, ventilación (se dificulta respirar en virtud de la cantidad de personas albergadas) y sin recreación ni esparcimiento.
Las personas allí alojadas relataron que la comida que se les brinda es escasa, que se encuentra en mal estado -en ocasiones vencida- fría e incluso muchas veces congelada.