El hogar pertenecía anteriormente a una organización civil (parador Nueva Vida) y fue absorbido como un recurso propio de la Dirección General de Niñez y Adolescencia dependiente del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano porteño, bajo la modalidad de parador.
El informe refleja que en el lugar residen 28 niños, niñas y adolescentes, número que supera ampliamente la capacidad de alojamiento en oposición a la normativa vigente. Esta situación, entre otras falencias, provoca que los chicos duerman en colchones en el comedor. Al hacinamiento en las habitaciones, se suma la falta de espacios para que los niños, las niñas y adolescentes hagan sus tareas y puedan leer o escribir en escritorios adecuados para la ocasión.
En la actualidad, el hogar no cuenta con servicio de gas lo que causa que reciban viandas de comida, hasta tanto regrese el servicio de manera permanente.
Además, se registra una gran rotación en el personal como consecuencia de que la mayoría tiene contrato de locación de servicios y que los sueldos son muy bajos (oscilan entre los 10 mil y 12 mil pesos). De esta manera, no se puedan satisfacer las demandas que aquejan al hogar y quienes trabajan allí deban buscar otros espacios laborales para poder recibir un sueldo acorde a sus tareas.